Jordi Navarro (Barcelona 1960). La curiosidad hacia el mundo de la fotografía surgió antes que la de la pintura. Me inicio en el mundo de la imagen a través de una, ya mítica, Minolta A5 con la que jugaba con pocos años y con la que empecé a experimentar las primeras sensaciones técnico – pictóricas, las cuales perduran y son imprescindibles en el momento de empezar a pintar y de escoger lo que quiero pintar. Encuadrar, seriar imágenes… y, por encima de todo, la importancia de la luz que es la que acaba conformando la personalidad de aquello que pinto.
Soy maestro de profesión y especialista en Educación Visual y Plástica, cosa que me ha permitido conocer y experimentar con técnicas muy diverses a lo largo de estos años. En general mis cuadros hablan de cosas sencillas y cotidianas, de gente normal en el bullicio o en la soledad de una playa, de la bañera de casa, de alguien pintando la pared o de una flor mustia en un jarrón.
Pintar, para mí, es un acto íntimo entre el modelo y el pintor, es observar, abstraer el color y llegar a la esencia de la forma, a la pequeña curva, sombra, color, que acaba definiendo la pieza y que la hace creíble y deja traspasar su sentimiento. Intento revelar aquello que en general nos cuesta reconocer por egoísmo y timidez, el minucioso i completamente desperdigado detalle del mundo.
“La belleza artística no consiste en representar una cosa bella, sino en la bella representación de una cosa” Immanuel Kant 1750