Esther González

Esther González, delante de una pintura de una madre con su bebé
Trabajar muchos años de cara al público, me ha dado los motivos y esos momentos que sentía que quería colorear. Escenas cotidianas, capturadas con realismo, retratos y momentos irrepetibles que, una vez pintados, perdurarán para siempre.

He nacido, vivido y crecido en El Masnou, un rincón del Mediterráneo; observando, desde pequeña, cómo la propia naturaleza daba color a todo lo que me rodeaba.

Este mar incansable y eterno, combina los azules y se viste del blanco de la espuma cuando rompen las olas en las playas masnovinas. En otoño, las uvas con la fiesta de la vendimia, me enseña a combinar los amarillos, los marrones y las tonalidades rojizas. He cogido los verdes de los pinos y las encinas. Los naranjas son un regalo del amanecer y las puestas de sol…

Trabajar muchos años de cara al público, me ha dado los motivos y esos momentos que sentía que quería colorear. Escenas cotidianas, capturadas con realismo, retratos y momentos irrepetibles que, una vez pintados, perdurarán para siempre.

Sigo observando, sigo aprendiendo, sigo pintando…