A los 64 años tuve un ictus, con tal mala suerte que no tuve la atención que necesitaba… en fin ya pasó. A los tres años de este suceso, mis hijas tuvieron la idea de contratar a una pintora para ver si con eso podía distraerme. Yo nunca había cogido un pincel. Dibujar se me daba bastante bien, pero tampoco practicaba ya que mi profesión era la homeopatía. y la acupuntura.
Tuve la suerte de tener una buena profesora que me enseñó a combinar los colores, crear colores, dar profundidad a los cuadros…
Cuando tenía unos 36 cuadros, hice una exposición en Alella que tuvo muy buena acogida y tuve encargos. Animada por la buena respuesta de las personas a las que les gustaron mis cuadros, empecé a pensar en otra exposición, cuadros más grandes (la mayoría eran de 30×40 cm) y en eso estoy, con ganas de seguir pintando y mejorando mi obra.